Iniciativa de los Derechos de la Mujer
Iniciativa de los Derechos de la Mujer (IDM) está construyendo un mundo más equitativo para las mujeres y niñas mayas al combatir la desigualdad de género y la violencia contra mujeres y niñas. A través de un enfoque innovador basado en la comunidad IDM está mejorando las vidas de mujeres y niñas al aumentar su acceso a la justicia y mejorar su capacidad para ejercer sus derechos a vivir libres de violencia.
Contactos organizacionales y ubicaciones
Misión, visión y valores
Mejorar la vida de las mujeres y niñas indígenas guatemaltecas a través de la educación, el acceso a servicios legales y la prevención de la violencia de género.
Lograr que en Guatemala las mujeres y niñas sean líderes activas en sus comunidades, que tengan acceso a servicios legales culturalmente respetuosos, que tengan conocimiento de sus derechos legales y que puedan hacer valer sus derechos con seguridad y así, estar libres de violencia de género.
Productos, servicios y programas
El Programa de Servicios Legales brinda servicios legales gratuitos directamente a las mujeres necesitadas, trayendo abogados y asistentes legales a sus comunidades y brindando recursos bilingües en maya-español. El alcance legal móvil de IDM asegura que las mujeres más marginadas, que tal vez no puedan dejar sus hogares o comunidades, pueden acceder a apoyo legal y consejería. Al hacerlo, IDM amplía enormemente el acceso de las mujeres a la justicia.
El Programa de Servicios Legales asesora a los clientes sobre una variedad de cuestiones legales, incluida la violencia doméstica, los derechos de propiedad, la herencia y el derecho de familia. El programa se enfoca en combatir la violencia de género y asegurar los derechos económicos de la mujer a través de la titulación y registro de tierras, manutención de niños, pensión alimenticia y casos de paternidad. El programa trabaja en estrecha colaboración con el gobierno municipal, recibiendo referencias y capacitando a proveedores de servicios clave, incluidos el Juez de Paz y la policía.
Los cuatro programas integrales de la IDM combinan la prestación de servicios con la educación en derechos y la capacitación del sistema judicial. El personal de WJI trabaja directamente con los participantes para mejorar su conocimiento de sus derechos y las habilidades necesarias para proteger esos derechos, mientras que también colabora con líderes, gobierno y actores del sistema de justicia a nivel comunitario y municipal para mejorar la respuesta institucional a los casos de VCMN. A partir de 2020, IDM comenzó a pilotear su metodología en otras regiones de Guatemala y Mesoamérica, probando la factibilidad de implementar su programación adaptada en nuevos contextos etnolingüísticos. IDM ahora mira hacia la lucha contra la VCMN entre las poblaciones indígenas y afrodescendientes de la región.
Programa de educación sobre los derechos de la mujer
Un curso de alfabetización jurídica y empoderamiento que enseña a las mujeres sobre sus derechos y les proporciona las herramientas para proteger mejor sus derechos y mejorar sus vidas. El programa incluye talleres de capacitación centrados en el liderazgo, la toma de decisiones y la comunicación.
Programa de Defensoras de la Comunidad
Un curso de liderazgo de dos años para desarrollar la capacidad de las mujeres como paralegales de base e impulsoras del empoderamiento femenino. En talleres mensuales, las participantes aprenden sobre derechos humanos y prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas (VCMN), y reciben formación sobre oratoria, recopilación de datos y defensa comunitaria. Los defensores trabajan con líderes locales para desarrollar sistemas de derivación comunitarios y protocolos para responder y prevenir la VCMN.
Programa de servicios jurídicos
IDM proporciona servicios jurídicos gratuitos directamente a las mujeres indígenas rurales, llevando abogados y asistentes jurídicos a sus comunidades y ofreciendo recursos bilingües maya kaqchikel-español. El equipo asesora a las clientas en cuestiones que van desde la violencia doméstica al derecho de familia y los derechos de propiedad, garantizando que las mujeres de comunidades remotas tengan acceso a asesoramiento jurídico.
Fortalecimiento de las instituciones
El equipo de Servicios Jurídicos trabaja con instituciones gubernamentales y operadores de justicia para mejorar las respuestas a la VCMN, estableciendo redes de derivación y formando a proveedores de servicios clave para reforzar el sistema de justicia.
Programa para chicas adolescentes
IDM enseña a las niñas las habilidades necesarias para hacer valer sus derechos, retrasar el matrimonio y alcanzar sus metas personales. Los talleres con los padres y otras partes interesadas se centran en la aplicación de mecanismos de protección comunitarios.
Casi todo el personal de WJI son mujeres maya-kaqchikeles de las comunidades a las que IDM presta servicio, y el 100% de los servicios de IDM se prestan en kaqchikel, la lengua maya local.
Detalle organizativo
IDM aborda la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres y las niñas (VAWG) en las comunidades rurales a través de sus cuatro programas: Educación sobre los Derechos de la Mujer, Servicios Jurídicos, Defensores Comunitarios y Niñas Adolescentes. Los programas de IDM trabajan a nivel individual, familiar, comunitario y municipal para transformar las normas y actitudes que consideran aceptable la VCMN.
WJI contribuye a los esfuerzos nacionales para combatir la VCMN respondiendo a las lagunas crónicas en los servicios existentes en las zonas rurales y vinculando sus intervenciones comunitarias a la respuesta nacional. Guatemala se enfrenta a uno de los niveles más altos de violencia contra mujeres y niñas (VCMN) y de impunidad del mundo. La alta incidencia actual de la VCMN está estrechamente relacionada con el legado de violencia creado por el conflicto armado de Guatemala, y la impunidad generalizada y el machismo profundamente arraigado han agravado aún más la vulnerabilidad de las mujeres indígenas en las zonas rurales de Guatemala. La desigualdad de género es generalizada, con sólo el 3,2% de los municipios dirigidos por mujeres (CEPAL, 2022); en 2021, más de 64.000 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años dieron a luz, incluidas más de 1.800 niñas de entre 10 y 14 años (UNFPA, 2022); y el segundo puesto más bajo en paridad de género en política de los 35 países de América Latina y el Caribe en 2020 (Equal Measures 2030, 2023). El 30% de las mujeres guatemaltecas se casan antes de los 18 años (Girls Not Brides, 2023).
En todo el país, 1 de cada 5 mujeres sufre violencia de pareja y muchos casos no se denuncian (ONU Mujeres, 2022). Además, en el 98% de los casos, los agresores quedan impunes (Musalo & Bookey, 2014). La VCMN es una de las formas más opresivas de desigualdad de género y se erige como una barrera fundamental para la participación igualitaria de mujeres y hombres en las esferas social, económica y política. Las mujeres indígenas de zonas rurales sufren de forma desproporcionada los efectos de la violencia debido al aislamiento social, la debilidad de las instituciones públicas y el acceso limitado a los recursos. La Defensoría de la Mujer Indígena de Guatemala ha calculado que más de un tercio de las mujeres indígenas que viven con un hombre sufren violencia doméstica, y las jóvenes se enfrentan a un índice aún mayor.
En las comunidades en las que trabaja la IDM, nuestros datos de referencia indican que casi el 75% de la población destinataria ha sufrido algún tipo de violencia de género, que se considera normal y aceptable en las comunidades rurales. Las mujeres indígenas de las zonas rurales de Guatemala rara vez denuncian la violencia o buscan ayuda debido a la falta de servicios sociales y jurídicos accesibles. Las instituciones gubernamentales se concentran en las ciudades de Guatemala y sus servicios rara vez llegan a las zonas rurales. Muchas mujeres indígenas, especialmente las sobrevivientes de la violencia, no tienen la libertad de dejar sus hogares y a sus hijos para buscar servicios y aún menos pueden permitirse el transporte a las zonas urbanas.
En las comunidades en las que trabaja la IDM, al menos el 91% de la población es indígena y más del 75% vive en la pobreza. Estas barreras se reflejan en los bajos índices de mujeres que buscan servicios; en las comunidades en las que trabaja IDM, sólo el 7% de las participantes en el programa habían recibido servicios jurídicos antes de conocer IDM, y el 39% de las participantes no sabían dónde podían acudir si sufrían violencia. De las mujeres que son capaces de salir de sus comunidades para buscar ayuda, muchas se enfrentan a la discriminación debido a su origen étnico, además del reto de navegar por un sistema que no ofrece servicios bilingües.
Desde 2013, las clientas de IDM han buscado servicios en kaqchikel, la lengua maya local, lo que demuestra la importancia de la accesibilidad lingüística. Como resultado de las escasas oportunidades educativas, las mujeres indígenas también tienen un menor conocimiento de la ley y de sus derechos que los hombres de sus comunidades; en los municipios en los que trabaja IDM, alrededor del 20% de las mujeres son analfabetas, frente a solo el 13% de los hombres. Antes de que la IDM empezara a aplicar sus programas, el 64% de las mujeres participantes no conocían los derechos humanos. En estas mismas comunidades, el 25% de los hogares afirman que el hombre es el principal responsable de la toma de decisiones. Sólo el 20% de las mujeres son propietarias legales de una vivienda, frente al 68% de los hombres. Estas disparidades a menudo atrapan a las mujeres en ciclos de violencia y pobreza y les impiden ejercer plenamente sus derechos.
Impacto, adaptaciones y objetivos
IDM ha atendido a más de 50.000 personas desde 2011, beneficiando a más de 150.000 mujeres, hombres y niños. Más de 10.000 mujeres y niñas han participado directamente en los programas de la IDM.
- 4,052 mujeres representadas por IDM en casos legales, 67% de las cuales son sobrevivientes de violencia.
- 4.800 mujeres han adquirido un mayor conocimiento de sus derechos en el Programa de Educación sobre los Derechos de la Mujer.
- 108 defensores comunitarios se han graduado y 48 están recibiendo formación. Las Defensoras Comunitarias han adquirido habilidades de liderazgo y conocimientos para multiplicar el trabajo de IDM.
- 1.134 niñas han mejorado sus habilidades y conocimientos, lo que les ha permitido retrasar el matrimonio y alcanzar sus metas.
- Más de 4.600 madres, padres, líderes comunitarios, operadores judiciales, agentes de policía y funcionarios del gobierno han recibido formación en respuesta y prevención de la VCMN.
La metodología de empoderamiento legal de IDM se ha implementado plenamente en 73 comunidades de los municipios de Patzún, Tecpán, San Juan Comalapa, San Martín Jilotepeque y San José Poaquil. En 2023, IDM se expandirá al sector norte de Tecpán y Santa Apolonia.
Tras la participación en los programas educativos de IDM,
- El 98% de las mujeres afirman tener un mayor conocimiento de sus derechos y sólo el 2% cree que es aceptable que un hombre maltrate a su mujer (una disminución con respecto al 16% anterior a la participación).
- Las adolescentes renovaron su compromiso de retrasar el matrimonio, y menos del 3% de las participantes en el programa menores de 18 años contrajeron matrimonio (en comparación con la media nacional de Guatemala, que es del 30%).
- Las mujeres que participaron en los programas de la IDM demuestran un mayor uso de los servicios prestados por el equipo de servicios jurídicos de la IDM, que lleva a cabo actividades móviles de divulgación y utiliza las clínicas municipales para prestar servicios jurídicos, ofrecidos en la lengua maya local.
- En el ámbito municipal, la IDM imparte formación a los proveedores de servicios y a los actores comunitarios, lo que mejora las relaciones con el sector judicial y su respuesta a las supervivientes de la violencia. El 67% de las comunidades participantes afirman haber puesto en marcha planes de acción comunitarios y haber establecido redes de derivación comunitarias.
La IDM mide la eficacia de nuestro trabajo a través de un enfoque integral de impacto y aprendizaje. Para asegurarnos de que logramos el impacto previsto, la IDM realiza un seguimiento específico de los siguientes indicadores:
Conocimientos y actitudes: IDM mide los conocimientos de los participantes sobre los derechos de la mujer y las actitudes relacionadas con la VCMN, y cómo cambian tras la participación en nuestros programas. Por ejemplo, utilizando los datos de las encuestas de referencia y finales, IDM hace un seguimiento del porcentaje de participantes que no creen que esté justificado que un hombre maltrate a su pareja bajo ninguna circunstancia y el porcentaje de mujeres participantes que son capaces de identificar al menos dos lugares donde buscar ayuda en caso de violencia contra las mujeres y las niñas (entre otros parámetros). Las comparaciones entre la línea de base y la línea final nos ayudan a medir la eficacia de los programas de la IDM a la hora de cambiar actitudes y aumentar el conocimiento de los derechos.
Acceso a la justicia y utilización de los servicios: Los programas de IDM pretenden dar a las mujeres las herramientas necesarias para conocer y hacer valer sus derechos. Para medir la eficacia de este enfoque, IDM realiza un seguimiento del número de mujeres que buscan servicios jurídicos después de participar en el curso de alfabetización jurídica de IDM. Por ejemplo, en las comunidades anteriores, el 42% de las participantes solicitaron asistencia jurídica tras completar el curso de alfabetización jurídica de la IDM, lo que supone un aumento con respecto al 4% de referencia. La IDM también mide el número total de clientes de los servicios jurídicos, los casos resueltos y las decisiones judiciales para hacer un seguimiento del aumento del acceso a la justicia.
Mejora de la respuesta sistémica: Para medir la eficacia de nuestro trabajo con los proveedores de servicios y el sistema judicial, la IDM mide el número de remisiones para servicios jurídicos que provienen de los proveedores de servicios y los actores del sistema judicial después de su participación en las formaciones con la IDM. Las derivaciones ayudan a demostrar una mejor respuesta a las víctimas de la VCMN, ya que los proveedores de servicios ahora saben a dónde dirigir a las mujeres cuando necesitan ayuda.
Además de las métricas anteriores, la IDM establece objetivos para los resultados del programa, como el número de participantes y la cantidad de servicios prestados. Para asegurarnos de que cumplimos nuestros objetivos en cada comunidad, la IDM hace un seguimiento de las tasas de graduación de nuestros programas, la tasa de retención, el número de talleres y los servicios jurídicos prestados. En un nivel básico, esto nos ayuda a realizar un seguimiento de nuestra aplicación en todas las comunidades y a garantizar que se abordan los retos.
Para hacer un seguimiento de toda esta información, la IDM cuenta con un sólido sistema de supervisión y evaluación. Antes de implantar nuestros programas en una comunidad, IDM realiza un mapeo comunitario para recopilar información demográfica sobre las mujeres y niñas maya-kaqchikeles de entre 10 y 65 años de la comunidad objetivo, utilizando los indicadores de la Encuesta Demográfica y de Salud (EDS). Estas evaluaciones nos permiten abordar las necesidades específicas de cada comunidad y hacer un seguimiento de nuestros programas en las distintas comunidades y familias.
Al inicio de cada programa, IDM realiza encuestas para recopilar datos cuantitativos de referencia y compara esta información con los datos finales para medir el impacto del programa. IDM complementa estas actividades con la recopilación de datos cualitativos, incluidos los debates de grupos focales y las entrevistas semiestructuradas con los participantes del proyecto para evaluar sus conocimientos, actitudes y prácticas con respecto a la VCMN, los derechos de las mujeres y la igualdad de género. En 2019, IDM realizó una evaluación externa de su trabajo para evaluar de manera rigurosa e independiente el impacto de sus programas. IDM continuará realizando evaluaciones externas para evaluar su impacto y garantizar que su trabajo responda adecuada y eficazmente a las necesidades de las mujeres y niñas a las que sirve.
IDM está transformando su enfoque para medir el impacto, facilitar el aprendizaje y evaluar sus programas. El objetivo de la IDM es cambiar los paradigmas tradicionales sobre quién recopila los datos, qué información es más importante recopilar y cómo se utiliza la información sobre nuestros programas y su impacto. La IDM trabaja para cultivar relaciones duraderas con las comunidades asociadas que se caractericen por el compromiso, la colaboración y la cocreación. IDM se comunica con el personal de campo y los miembros de la comunidad para establecer indicadores relevantes a nivel local. Hablamos con las mujeres que trabajan con nosotros, les preguntamos qué quieren ver o lograr en sus vidas en los años siguientes y alineamos esa información con los objetivos y la programación de la IDM, cimentando nuestro impacto y aprendizaje en la comunidad.
Tamaño y/o estructura
IDM se fundó en 2011 para abordar la desigualdad de género y la VCMN en las comunidades indígenas de Guatemala. IDM puso a prueba su primer programa, Educación sobre los Derechos de la Mujer, en una comunidad con 15 participantes. Entre 2012 y 2015, IDM se expandió a más comunidades y desarrolló tres programas complementarios: Servicios Jurídicos, Defensores Comunitarios y el Programa de Niñas Adolescentes. En 2015, IDM recibió una subvención altamente competitiva de tres años del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra las mujeres, lo que facilitó su expansión geográfica. Desde entonces, WJI se ha expandido a Tecpán, San Juan Comalapa, San Martín Jilotepeque y San José Poaquil a través de subvenciones otorgadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia, la Fundación Tinker y una subvención especial COVID del Fondo Fiduciario de la ONU, todo lo cual permitió a IDM probar su trabajo a escala y adaptar su metodología. IDM trabaja ahora en 73 comunidades de cinco municipios.
Ofertas clave
La programación de IDM está diseñada y dirigida por mujeres maya-kaqchikeles. El personal de IDM, que es mayoritariamente maya-kaqchikel y procede de las comunidades a las que IDM presta servicio, posee un profundo conocimiento del contexto cultural local. IDM se basa en esta experiencia local, junto con extensas evaluaciones de las necesidades, para diseñar programas culturalmente sensibles y eficaces. IDM tiene una estructura horizontal, en la que todo el personal participa en el proceso de toma de decisiones estratégicas y las decisiones programáticas se basan en las necesidades de los participantes. El 100% de los servicios de WJI se ofrecen en kaqchikel.
Ubicación
La IDM aprende continuamente de sus beneficiarios e incorpora sus comentarios al desarrollo de los programas. Antes de entrar en cualquier comunidad, IDM se reúne con las principales partes interesadas de la comunidad, incluidos los líderes indígenas tradicionales, para discutir los planes del programa, los desafíos y las oportunidades. Una vez concedido el permiso para trabajar en la comunidad, IDM realiza un mapeo comunitario para recopilar información demográfica inicial sobre las mujeres y niñas maya-kaqchikeles. Estos datos demográficos se utilizan para adaptar las actividades del programa y garantizar que responden y se adecuan a las necesidades de las mujeres y las niñas en ese contexto comunitario concreto. IDM complementa estas actividades con encuestas, grupos de discusión y entrevistas semiestructuradas con los participantes en el proyecto para comprender mejor sus conocimientos, actitudes y prácticas en relación con la VCMN, los derechos de la mujer y la igualdad de género.
Crecimiento
En los próximos 12 meses, IDM iniciará una expansión a un sexto municipio, Santa Apolonia, junto con el sector Norte de Tecpán, e implementará su programación integral en 12 nuevas comunidades para 2024.
Impacto
Nos comunicamos con el personal de campo y los miembros de la comunidad para establecer indicadores de éxito relevantes a nivel local. Hablamos con las mujeres que trabajan con nosotros, les preguntamos qué quieren ver o lograr en sus vidas en los años siguientes y alineamos esa información con los objetivos y la programación de IDM. A continuación, presentamos estos indicadores a los donantes de forma proactiva al iniciar un proyecto, sabiendo que están arraigados en la comunidad.
Crecimiento
IDM ampliará sus servicios de prevención y respuesta a la VCMN, duplicando su alcance en la región de Kaqchikel. A largo plazo, IDM planea seguir replicando sus programas en otros municipios a través de asociaciones sostenibles con las Oficinas Municipales de la Mujer y seguir llenando el vacío de servicios jurídicos bilingües en las comunidades indígenas rurales, llegando a diez municipios en 2027.
Calidad
IDM será un modelo en la prevención y respuesta a la VCMN mediante la prestación de asistencia técnica a las organizaciones de base comunitaria en Mesoamérica. Las organizaciones socias y colaboradoras de IDM han expresado su deseo de que la organización se expanda a otros departamentos de Guatemala que experimentan altos niveles de VCMN, impunidad y migración forzada. IDM es reconocida como líder a nivel nacional en la implementación de soluciones comunitarias para abordar la VCMN, ya que sus servicios siguen teniendo una gran demanda más allá de los municipios en los que trabaja actualmente.
Impacto
IDM cuenta con estabilidad financiera, un equipo de expertos comprometidos con su visión y un entorno de trabajo equitativo, solidario y transparente. IDM está trabajando para mejorar su capacidad organizativa a medida que el equipo se amplía y la organización se expande a nuevas zonas de Guatemala.